Decepción: las negociaciones de última hora no arrojan buenas noticias para los sectores de izquierda y los progresistas paraguayos: las dos corrientes populares irán divididas a las elecciones presidenciales del próximo 21 de abril. La ausencia de una estrategia común y las disputas por la obtención de cargos allanan el camino para que la derecha retorne al poder y consolida el éxito de quienes en junio pasado tomaron el Estado mediante un golpe parlamentario contra el presidente Fernando Lugo.
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