lunes, 7 de octubre de 2013

Justicia para los pueblos indígenas


Indignación, impotencia, desesperación, tristeza… las palabras no alcanzan cuando el crimen es vejatorio e infame. No se puede entender qué interés económico o político se apoderaron de Rubén Quesnel y de sus cómplices para que decidieran robar a las personas más pobres y olvidadas de este país.

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